Es imposible sustraerse al desconsuelo y rabia que supone conocer que el accidente del Airbus A320 ha sido provocado de manera intencionada por una persona en la que todos confiaban.
Aparte de eso, lo que hemos visto hoy, el día en el que se ha producido la declaración del Fiscal de Marsella, Brice Rovin, es la importancia que tiene gestionar la información de forma adecuada.
Si bien todo apunta a que esta declaración ha sido provocada por una filtración sobre el contenido de la caja negra del avión, no lo es menos que una vez sabido, las autoridades francesas, y en concreto el Brice Rovin, han gestionado la información de una forma impecable.
Antes de la rueda de prensa, ha transmitido lo que sabía a las familias de los afectados, de tal manera que no se han tenido que enterar por los medios de comunicación ni por las redes sociales, como sí ha ocurrido en el caso de los familiares que se han quedado en España, los cuales se han enterado cuando lo han visto en la TV.
Después ha explicado de forma clara lo que había sucedido, sin dar pie a ambigüedades ni especulaciones.
Cuando sucede un hecho de estas características, las personas cercanas a las víctimas tienen la necesidad de saber lo que ha pasado, por eso es necesario decir la verdad, pero de un forma que no cause más sufrimiento de lo debido.
La ocultación de datos que ya están contrastados y la falta de transparencia lo único que hacen es alimentar las sospechas y pensar que hay algún interés oculto para no querer contar la realidad, por lo tanto, hay que informar puntualmente desde el principio.
Ahora bien, no hay que dar información que no haya sido verificada.
“Las dudas son más crueles que la peor de las verdades”. Moliere
José Luis Ahedo
Orientador