Regla nº 3: Cuando tengas que decidir entre dos caminos, escoge el que te lleve a algún sitio.
Cuando presentamos la regla nº1 mencionábamos que si no habías llegado al sitio adecuado cogieras otro camino. Ha llegado el momento de coger otro, es cuestión de cambiar, y lo haces. Piensas que, en general, habías tomado una buena decisión pero que por cuestión de matices no se ha resuelto de forma satisfactoria, así que con muy buen criterio, haces algo diferente.
Pero muchas veces el hacer algo diferente significa tener que usar muchos de los recursos y energías que tenemos; y da como cierta pereza, con lo cual, optamos por la decisión que menos nos cuesta realizar, la más económica en términos de recursos energéticos personales y sólo cambias ciertas cosas, aún sabiendo que te va a llevar al mismo lugar que en el que ahora te encuentras, es decir, que tomas una decisión diferente pero se produce el mismo resultado.
Y ahora que nos encontramos a principios de año y quién más quién menos se ha extralimitado un poco con los dulces, el alcohol, la comida, etc., decidimos, al igual que el año anterior, ponernos a dieta.
El año pasado escogimos la dieta del limón; el anterior, la de la coliflor, etc; así que este año, escogemos la de la alcachofa.
Vamos, que nadie nos puede decir que no lo intentamos. De hecho estamos haciendo algo diferente. Pero a estas alturas ya debemos saber que este tipo de dietas milagro supone un beneficio a corto plazo para volver a estar igual al de un tiempo. Es decir, este camino nos lleva al mismo lugar que siempre.
Sabemos que lo que hay que hacer es cambiar la forma de alimentación como forma de vida permanente, adoptar unos buenos hábitos y mantenerlos, pero claro, eso cuesta.
No te engañes, puede que tu conciencia esté calmada durante un tiempo por la necesidad que tenemos de pasar a la acción y tener la sensación de que estamos haciendo algo, pero sabes perfectamente que eso no sirve para nada.
No te desgastes, cuando se imponga un cambio, planteátelo en serio y de verdad, con ánimo, ganas y asesoramiento, así podrás realmente propiciar el cambio permanente y duradero.
Por otra parte, eso de que todos los caminos te llevan a algún sitio, no es cierto, hay caminos que no te llevan a ninguna parte.
Es verdad que a veces es mejor no llegar a ningún sitio que llegar a “vete tú a saber que sitios”, pero si sabes que no te lleva a ninguna parte, para que hacer el esfuerzo de tomarlo, quizá sea mejor prepararte bien para hacer otro viaje más tarde que empezar a hacer uno que no sirve para nada.
Suele pasar a la hora de elegir el futuro profesional o aceptar un trabajo. Como es un trabajo duro o unos estudios muy exigentes, voy a engañar a mis padres haciéndoles ver que estudio algo, lo más fácil, aunque no me guste. Aunque que sé que no va servir para nada en el futuro, y por si fuera poco, voy con desgana a las clases, pero bueno, así en casa están tranquilos.
Esto no sirve para nada, no te lleva a ningún sitio y al de un tiempo tienes que volver a empezar de nuevo. Otra cosa es que realmente te guste lo que has decidido hacer, aunque a los demás les parezca vacío y sin futuro; seguramente tú le sacarás provecho. Adelante con ese camino!!
Próxima entrada el jueves 17: Elige la opción que menos coste emocional te suponga.