Regla nº 8: No pierdas de vista el objetivo.
Otra cosa muy importante en la toma de decisiones, y que éstas cumplan con el fin para el que fueron escogidas es no perder de vista nunca el objetivo que nos hemos propuesto, que por otra parte, tendrá que ser realista, algo que seamos capaces de hacer con nuestras capacidades y con nuestras aptitudes.
En muchas ocasiones pasará que durante el camino surgirán distracciones, bien exteriores o interiores, provocando que perdamos de vista qué es lo que nos habíamos propuesto conseguir en el momento de iniciar nuestra andadura.
Estas distracciones pueden ser más fuertes en los casos en los que el camino sea muy duro, no nos cansaremos de repetir que el cerebro siempre está intentando protegernos y hará todo lo posible por apartarnos del sufrimiento; y creo que todos sabemos que hay objetivos por los que merece la pena sufrir.
¿Alguna vez os ha pasado que os habéis entretenido más de la cuenta en el gimnasio cuando al día siguiente teníais un examen muy importante?
Organízate, da prioridad a lo que te vaya a llevar a la meta y deja para después las cosas secundarias. Te va a dar tiempo a todo, simplemente organízate.
La clave está en no perder de vista el objetivo propuesto, y para ello, podemos utilizar muchas formas para recordarlo, maneras que pueden resultar, a veces, estúpidas, pero no por ello son menos efectivas; como puede ser, apuntarlo en el sitio más visitado de la casa, es decir, la puerta del frigorífico; o crear una alarma diaria en nuestro teléfono; o colocar una foto de nuestro objetivo en el salvapantallas del móvil, etc.
Ahora bien, no siempre el objetivo se encuentra cerca, y la lejanía hace que vaya perdiendo fuerza motivacional y que incluso lleguemos a bajar nuestras expectativas hasta el punto de abandonar el ilusionante proyecto inicial.
En estos casos, la solución pasa por dividir en camino en etapas. Ir fijándose pequeños objetivos más fáciles de alcanzar y que sumándolos nos lleven al lugar preestablecido. Es mucho más fácil ir consiguiendo pequeños retos que centrarse totalmente en uno grande. Además, cada victoria supondrá un plus de motivación.
Traza bien tu mapa, tu hoja de ruta, apuntala, vete revisando los triunfos que vas consiguiendo y date algún premio por cada uno de ellos.