En el plan de actividades que hagas reserva un buen espacio para la formación. Ahora es buen momento para hacerlo, de esta forma aprovechas el tiempo, vas cumpliendo objetivos y te preparas para el mundo laboral actual.
Puede ser que tengas una formación especializada en algún área concreta, así que puedes cambiar radicalmente el tipo de formación a la que accedes porque te estás dando cuenta de que hay pocas salidas en ese campo; o puedes profundizar más todavía en la especialización; o bien, dentro del mismo campo, puedes probar algo diferente a lo que has aprendido.
El problema del cambio radical estriba en que tienes que empezar de cero, todo nuevo, y a veces, eso cuesta mucho tiempo, y esfuerzo. La ventaja es que puedes abarcar más áreas puesto que tienes conocimientos en diferentes cosas.
El problema de la especialización intensa es que acotas el mercado laboral al que puedes acceder, puesto que si no sale nada relacionado con tu formación, no sabes hacer otra cosa. La ventaja de la especialización es que si hay trabajo en ese campo, pocas personas podrán competir contigo.
Si optas por algo diferente dentro del campo de tu formación, estarías en un punto medio.
También puede ser que siempre hayas querido hacer algo y que la vida te haya llevado por otro sitio y ahora veas que es el momento de hacerlo, en ese caso, lánzate y haz aquello que te ilusione.
Con la formación consigues varias cosas, la primera y más obvia es de adquirir más competencias y por consiguiente tener mayores posibilidades de conseguir un trabajo. La segunda es que te vas a relacionar con otras personas con tus mismas inquietudes y el simple hecho de cambiar de rutina te vendrá bien, podrás conocer otros puntos de vista y otras formas de abordar los mismos problemas. Y la tercera es que irás mejorando tu autoestima porque irás consiguiendo metas que te ayudarán en el futuro.