Transitar por el ardiente desierto del desempleo no es tarea fácil, además en la situación actual los límites de este desierto se han tornado muy lejanos, cerca de seis millones de personas sin empleo en España han puesto la frontera de este desierto en lugares a los que es muy difícil llegar.
Es un lugar lleno de trampas, dunas, espejismos, pero también de oasis. El viaje por la arena puede que lo hagas solo o acompañado, pero lo que sientes en esta travesía, solo tú lo sabes.
Puede ser que en algún momento de tu vida tomaras la decisión de dejar de trabajar, o puede que te hayan obligado a adentrarte en este inhóspito lugar, pero la cuestión es que estas aquí, y que tienes que hacer todo lo posible para salir y llegar a lugares más fecundos, pero esto no hace falta que te lo digamos porque seguro que ya lo estás haciendo.
El problema se presenta cuando piensas que es mejor parar, tumbarse bajo el sol abrasador y dejarse llevar, “que pase lo que tenga que pasar, pero ya no puedo más”; cuando miras a tu alrededor y te acuerdas del que no está en desierto, ese que no te entiende porque no ha estado nunca en la tesitura en la que te encuentras e incluso piensa “algo habrá hecho mal para verse así”; y te sientes mal, casi despreciado.
Sabes que no debes sentirte así, que has hecho lo que te han enseñado a hacer, que has seguido las reglas de la sociedad…, pero no puedes evitarlo y finalmente sucumbes, te rindes.
Con los artículos siguientes queremos ofrecerte una psicoguía para que sigas luchando.
Seguro que muchas de las cosas que te proponemos ya las sabes pero creemos que es importante volverlas a recordar y continuar en la lucha.
Queremos acompañarte en tu camino por el desierto, tienes derecho a salir y tienes derecho a hacerlo sin dar las gracias a nadie, es tu derecho, no es compasión.