Conocerse a uno mismo es una de las primeras cuestiones que tenemos que abordar para seguir adelante y no desfallecer en el intento por salir de la situación de desempleo.
No siempre resulta fácil porque quizá encontremos cosas que no nos agradan, pero es importante saber cuales son nuestros puntos fuertes, nuestras debilidades, nuestras ilusiones, lo que mejor sabemos hacer, lo que más dificultades nos plantea, lo que más nos gusta, etc.
Te has preguntado alguna vez cómo encajas el éxito, cómo encajas el fracaso, qué capacidad tienes para sobreponerte a las adversidades. Si no lo has hecho, puedes empezar a hacerlo para trabajar estos aspectos.
¿Por qué es importante?
Porque cada pequeño triunfo nos puede embriagar y hacer que “bajemos la guardia” y porque cada derrota nos puede llegar a hundir y tener que hacer un gran esfuerzo para “volver a la brecha”.
Para poder dar lo mejor de lo que tenemos, potenciando las fortalezas que poseemos y minimizar nuestras debilidades o incluso convertirlas en puntos fuertes, porque muchas veces pensamos que un aspecto de nuestra personalidad es una deficiencia y en realidad es algo notable.
En muchas ocasiones nos encontramos en nuestra vida con personas que nos repiten una y otra vez que “tenemos que quitarnos esa manía de…” y nos llegamos a creer que esa conducta es nociva y la escondemos.
Por ejemplo, si has decidido dedicar a la búsqueda de trabajo el mismo tiempo que dedicarías a una jornada laboral y además decidieras formarte en el tiempo que te queda (algo que hace mucha gente), llegarías al fin de semana con la casa desordenada y como te gusta verla bien, dedicas el fin de semana a ordenar tu hogar. Tu pareja, que no piensa lo mismo que tu (a lo mejor por pura vagancia) te repite una y otra vez que eres un maniático o una maniática del orden. Cosa que no es verdad, solo quieres ver tu casa bien.
Esa idea se va metiendo en tu cabeza de tal forma que te lo llegas a creer y cuando en una entrevista te preguntan sobre tu personalidad, ocultas el hecho de que eres una persona trabajadora y ordenada, pensando que es un defecto, una obsesión.
De esta forma desaprovechas una oportunidad de mostrarte como eres.
Otra razón es que puedes aprender a organizarte y desarrollarte mejor si conoces, por ejemplo, cuáles son los momentos del día en los que mejor te encuentras, qué tipo de actividades “están hechas para ti” , o dicho de otra forma para qué tipo de actividades “has nacido”.
Es importante porque una vez que te conozcas bien, podrás orientar tus esfuerzos hacia las áreas en las que más posibilidades tienes de conseguir resultados.
¿Cómo aprender a conocerte?
Hay muchas maneras de hacerlo, como por ejemplo acudiendo a profesionales de la psicología.
O bien a través de la introspección mediante la meditación, la relajación, la hipnosis, yoga, tai-chi, chi-kung, etc.; escuchando a las personas de tu alrededor; recordando que cosas te gustaban hacer cuando tenías menos edad, que sueños tenías, de qué te gusta hablar, etc.
En definitiva, hay muchas formas de hacerlo, puedes empezar ahora mismo.